JÚLIA DE ALMEIDA (1862-1934) fue testigo y protagonista de la bèlle époque carioca. Sus crónicas Ellos y Ellas, plenas de humor, se publican por primera vez en español. Nadilza Moreira, especialista en su obra, responde a las preguntas de Amalia Sato, la traductora.
¿Cómo podemos situar a Julia? ¿ Su pertenencia de clase, su formación cultural, viajó por el mundo, por Brasil?
Júlia nació en la ciudad de Rio de Janeiro en 1862. Sus padres eran portugueses letrados, emigrados. Júlia tenía una salud frágil, no frecuentó regularmente la escuela, pero recibió las primeras enseñanzas de su hermana Adelina, y luego de su madre, Doña Antonia Adelina Pereira.
Completó sus estudios con su padre, el Dr Valentim José da Silveira Lopes, Vizconde de São Valentim, dueño del Colegio de Humanidades y, posteriormente con algunos profesores particulares de inglés y de francés. En 1875 hizo el primer viaje, de los muchos que haría, a Portugal, acompañando a la familia. Después circuló con frecuencia entre Brasil y el Viejo Mundo, sobre todo por Portugal y Francia, donde fijó residencia por algunos años. También viajó mucho por Brasil y conoció muchas de sus regiones. En su libro de 1920, Jornadas no meu país, relata sus experiencias por el sur de Brasil, en los estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul, donde fue homenajeada y mereció un gran reconocimiento por su producción literaria. También estuvo en Buenos Aires, el 10 de octubre de 1922, invitada por el “Consejo Nacional de Mujeres de la Argentina” da una conferencia que titula “Brasil”. Ese mismo año el diario argentino “La Nación” publicó uno de sus cuentos más conocidas, con fuerte impronta naturalista, La tuerta (A caolha).
¿Por qué te interesó Julia, por qué tu tesis de doctorado sobre ella?
Mi interés se nutre de mi convicción sobre la emancipación femenina. Cuando inicié mi estudio de doctorado quería trabajar con algo que se vinculara con mi vida personal, con mis valores y creencias. Como becaria del programa Fullbright en la Universidad de Princeton, participé de cursos y seminarios cuyo abordaje privilegiaba la crítica feminista de tradición angloamericana, y una epistemología focalizada en mujeres escritoras que privilegiaba la construcción de una memoria literaria femenina, que debía visibilizarse e impactar en la noción de canon literario, planteando asuntos nuevos. Júlia me pareció una excelente elección para mis objetivos del momento.
- Júlia de Almeida fue una autora muy reconocida y popular en su época, como diríamos ahora un best seller, ¿cómo se produce su rescate y por qué fue olvidada después de tanto éxito?
Estoy de acuerdo en que Doña Júlia, como cariñosamente la llamaban sus contemporáneso fue en vida una de las escritoras del siglo XIX más conocidas y leídas, tanto en Brasil como en el exterior. Pero, ¿cómo explicar la desaparición de su vasta obra literaria tanto del mercado editorial como de los programas de estudio brasileños? Podemos afirmar, sin equivocarnos, que esta desaparición se produjo por varios motivos, por un lado, los cambios socioculturales y económicos por los cuales pasaba Brasil a principios del siglo XX, por otro, el surgimiento de una nueva estética literaria, el realismo. Sin embargo, en mi opinión, la principal causa para eclipsar a esta escritora de la bèlle époque de los trópicos y a su obra literaria se produjo por prejuicio. Porque Brasil, como tantos otros países, es un país de raíces culturales machistas, y por lo tanto, tiene mucha dificultad en asimilar y valorar una memoria femenina, y este prejuicio resulta evidente cuando analizamos la ausencia de mujeres escritoras en el canon de la literatura brasilera decimonónica. Cuando observamos nuestra historia literaria contada en las antologías , vemos cómo nos hacen creer que las mujeres recién empezaron a escribir a partir de 1930 cuando Raquel de Queiróz, entonces una joven de 19 años, publicó O quinze; o peor, cuando en 1942 Clarice Lispector nos sorprendió lanzando su primera novela, Perto do coração selvagem . Así, el rescate de la vida y la obra de Júlia Lopes de Almeida es parte de una lucha ideológica más amplia, iniciada por las feministas, que desea dar visibilidad a una memoria literaria femenina y feminista, dentro del canon de la literatura brasileña; y se viene dando a través de proyectos de investigación institucionales desarrollados, sobre todo, en programas de posgrado. En el mismo eje de estudios tenemos como referencia del rescate de la producción novelesca de Júlia a la Editorial Mulheres, en Florianópolis, propiedad de la profesora Zahidé Muzart, que ya reeditó las más signficativas como A viúva Simðes, A Falência, entre otras. Existe también el Grupo de Trabajo Mulher e Literatura, vinculado a la Asociación Nacional de Letras y Lingüística (ANPOLL) que mucho viene contribuyendo a la revalorización y divulgación de escritoras.
¿Tenía relación o contacto con otras mujeres con pensamiento de avanzada?¿Había otras mujeres cronistas o periodistas?
Sí, Júlia siempre estuvo vinculada a grupos literarios y vivió muy próxima a la intelectualidad carioca, pues no sólo pertenecía a una familia de artistas – su padre era médico y dueño de un colegio, su madre era pianista – sino que se casó con un poeta portugués, Felinto de Almeida, quien mucho la incentivó en su actividad de escritora. En la convivencia con intelectuales ella también se aproximaba a otras escritoras, como las poetas Francisca Júlia y Júlia Cortines, que junto con nuestra Júlia, eran el grupo de las Tres Júlias, según Lúcio de Mendonça, académico y autor del polémico artículo “As três Júlias”, en el cual describe los motivos por los cuales las tres fueron dejadas al margen de la Academia Brasilera de Letras, fundada en 1897.
¿Su prédica feminista encontró eco en su época, fue un personaje polémico?
Júlia no asumió públicamente una postura feminista. Fue indiscutiblmente my hábil al apropiarse del territorio masculino de las letas, espacio considerado en su época como impropio de las mujeres, y se estableció como una escritora respetada por sus pares, los escritores, y apreciada por un público lector fiel. No fue una escritora polémica, pues logró desarrollar una literatura dirigida a las mujeres, considerada “de buen tono”, y de esta manera negoció con los valores patriarcales sus temas ficcionales recurrentes como la educación y el trabajo femenino.
¿ Y qué de su relación con otros periodistas, o sus redes de sociabilidad con la bohemia periodística o intelectual carioca?
Con los otros periodistas, sus contemporáneos, mantuvo siempre una política de buena convivencia. Pero tenía a algunos que le eran más cercanos como João do Rio, João Luso u Olavo Bilac, entre otros, que frecuentaban asiduamente su casa. Ella y su marido, acostumbraban abrir las puertas de su caserón en Santa Teresa, barrio de la burguesía carioca ascendente, y recibir, en el salón verde, con gran estilo. Y así los describe João do Rio en su famoso artículo-entrevista titulado “Un hogar de artistas”, que se publicó en Gazeta de Notícias de Rio de Janeiro en 1905: “(…) La casa queda a diez minutos de la ciudad y es como si estuviera perdida en un barrio apartado. No hay vecinos. No hay tránsito por la calle. La sala, de una confortable amplitud inglesa, tiene una biblioteca con los libros preferidos de los poetas… y varios cuadros de firmas notables… un escenario de apoteosis se divisa por las ventanas – el escenario de Rio con su estrépito de sonidos y colores, el tumulto de sus callejuelas, los morros agujereados con casas, el perfume de los jardines y la enorme extensión de la bahía en el fondo”.
¿Y en cuanto a sus ideas abolicionistas y republicanas?
Creo que la influyeron mucho los viajes, y las ideas de escritores prominentes a las que accedió por la lectura de obras polémicas y esta familiaridad con estos ideales quedó expresada en muchas de sus novelas, cuentos y dramas.
¿Sobre influencias literarias y lecturas, qué nombres te parecen esenciales para comprender a nuestra autora?
Júlia era una gran lectora y sus libros nos prueban que hizo buen uso de sus lecturas. Según ella, dos personas muy queridas fueron las responsables de su formación literaria, su padre cuando soltera, y su marido cuando casada. El padre la introdujo en el conocimiento de escritores portugueses como Camilo, Júlio Diniz, Garret, Herculano, y el marido en la lectura de los modernos de aquel tiempo, Zola, Flaubert y Maupassant, el cual le provocó una gran admiración.
¿Tuvo relación con el gigante de las letras, Machado de Assis? ¿ Y hay en Julia algún desarrollo particular en alguna novela o cuentos del tema del adulterio, tan caro a la narrativa de Machado donde aparece en toda su complejidad?
Creo que los textos así como los autores están siempre en diálogo. Machado, el gran contemporáneo de Júlia, fue muy admirado por nuestra autora y le manifestó su aprecio dedicándole un cuento, “Perfil de negra”, en su antología Ansia Eterna de 1903. En lo que respecta al tema del adulterio, Júlia lo trató en algunos cuentos y novelas como A Falencia (La quiebra), A Viúva Simões (La viuda Simões), entre otros. El punto de vista del narrador almediano es siempre complaciente con las infidelidades femeninas, o sea, omite juicios moralistas sobre el comportamiento de las protagonistas adúlteras y a lo largo de la trama da a estas mujeres la posibilidad de reflexionar y las transforma en ejemplos de superación.
¿Qué repercusión tuvo su escritura para niños?
En 1886 publicó en colaboración con su hermana Adelina el libro Contos Infantis (Cuentos infantiles). Em 1891, por decisión de la Inspección General de Instrucción Primaria y Secundaria de la Capital Federal este libro foi adoptado en las escuelas primarias de Rio de Janeiro, para de inmediato ver extendido su radio de acción a todas las escuelas primarias del país por más de 20 años.
¿Las crónicas de Ellos y Ellas dónde se publicaban? ¿Qué eco despertaban?
Las crónicas de la antología Ellos y Ellas, antes de publicarse como libro em 1910, aparecían en la columna Dois dedos de prosa, que Júlia sostuvo en el diario O País, por casi treinta años. Se organizaban por temáticas como “Reflexiones de un marido”, “Reflexiones de una esposa” o “Reflexiones de una viuda” de acuerdo con el asunto abordado. Tuvieron gran repercusión en la transición de los valores morales, sociales y culturales que la sociedad carioca atravesaba con las transformaciones sufridas por la Ciudad Maravillosa en el proceso de modernización. Rio pasaba por cambios urbanísticos y sanitaristas, con el objetivo de que la joven nación tuviera una capital como las naciones desarrolladas europeas.
¿Hay traducciones a otras lenguas, qué significado le darías a este libro en español editado por Leviatan?
La narrativa corta de Júlia Lopes de Almeida tuvo algunas traducciones al francés y el español: “Les porcs”. Revue de l’Amérique Latine, tome XVII, nº. 87. Paris, Mars, 1929; “Les Roses”. En: Deux Nouvelles Brésiliennes (traducción de Jean Duriau). DUNKERQUE: Imprimerie du Commerce (G. Gilbert), 1928; y “La tuerta”. La Nación, Buenos Aires, 22 de octubre de 1922.
Creo que esta traducción de Ellos y Ellas es importante para divulgar parte de la memoria literaria de una escritora brasilera estrechamente vinculada con el movimiento de escritoras argentinas y el pensamiento emancipatorio de América Latina. Así esta labor editorial queda bien ubicada en la agenda feminista de políticas de visibilidad y revalorización.